La vida de los delfines rosados del Amazonas está siendo amenazada por los pescadores que los matan para utilizar su carne como cebo. Cerca de 1.500 delfines son asesinados cada año en la Amazonía occidental para sostener un lucrativo comercio de bagre. Durante la última década la población de estos delfines ha disminuido un siete por ciento anual.
Estos delfines llegan a medir 2,5 metros de largo y pesan casi lo mismo que un hombre adulto, son los más grandes de cuatro especies conocidas en América del Sur y Asia. La causa de su color rosado se deba probablemente a que los vasos sanguíneos están muy cerca de su piel.
Matar delfines es ilegal en Brasil, si las autoridades lo descubren se imponen sanciones con un año y medio de prisión. Pero la aplicación de la ley es casi imposible porque nadie lo detecta, los delfines no se pueden defender
No hay comentarios:
Publicar un comentario